viernes, 19 de febrero de 2016






CÓMO SE DEBE CATAR
1. Servir el vino a temperatura adecuada llenando solamente un tercio de la copa. Una regla para no equivocarse es servir hasta el ecuador de la copa (la parte más ancha del cáliz).
2. Inclinar la copa sobre un fondo blanco para apreciar los colores y cualidades físicas como la transparencia, la limpidez y la densidad. El color y sus tonalidades se aprecian a través del cristal y luego moviendo la copa hacia uno.
3. Hay que percibir el aroma del vino antes de hacerlo girar en la copa. Luego hay que volver a olerlo tras moverlo, mientras el líquido se detiene. Así, se notan las diferencias entre ambos "golpes de nariz".
4. Beber un poco de vino, un trago pequeño y "masticarlo" bien antes de escupirlo. Llenar toda la boca para apreciar mejor los sabores. De este modo se encuentra la acidez, lo salado, lo dulce, lo amargo, el alcohol y los taninos que se manifiestan en la astringencia dentro de la lengua.
5. En el trago siguiente, después de volver a masticar el vino, aspirar dos o tres veces un poco de aire para encontrar el retrogusto o la fase restronasal, y percibir nuevos aromas que lleguen al sentido del olfato por medio del paladar.

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