viernes, 19 de febrero de 2016






CÓMO CONVERTIRSE EN UN BUEN CATADOR DE VINO
Todos podemos catar vinos. Para lograrlo hay que explotar al máximo las propias capacidades. Aquí, consejos y sugerencias para el aprendizaje.
La cata de vinos sirve para conocer en profundidad las características de cada uno de ellos. Pero ¿existe alguna diferencia entre beber vino para saciar la sed, degustarlo o catarlo? ¿Se puede aprender a catar o es un privilegio sólo para experimentados?
Para comenzar a disfrutar de un vino es muy importante tener en cuenta que se trata, ante todo, de un momento de placer. Para degustarlo hay que estar atento, es decir, prestar atención a sus características.
En cambio, la cata es más compleja y refiere a una actividad profesional en la cual intervienen otras condiciones. Pero todos podemos aprender. Esta práctica es fruto de un ejercicio, donde los sentidos se entrenan para entender las manifestaciones propias de cada vino.
Lo ideal es empezar con la ayuda de un catador y probar con muchos vinos de calidades y estilos diferentes. Comparar aquellos que tengan un elemento en común (puede ser la región, la variedad o un determinado estilo de vinificación), definir un método, y luego seguirlo en todas las catas. De a poco también se puede ir consiguiendo un vocabulario preciso. Por último, se incluye la cata a ciegas, que permiten percibir mejor las sensaciones sin dejarse influir por la etiqueta.

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